En este repertorio encontrarás todas las etapas de tu vida, está elaborado solo para los valientes que deseen ver hechos sobre su pasado, su presente y su futuro, dijo el guardián.
¿Por qué valientes?, -replico el taciturno- yo no soy nada especial, solo un espacio de materia en un universo sin igual.
El guardián del repertorio le respondió: Dulce hijo de la humanidad, ¿acaso no sabes qué por solo estar aquí presente perdiste hasta la última gota de cobardía e inseguridad que tenías?, tu simplicidad se desvaneció, tu complejidad aumentó, ahora sólo te resta asumir esa realidad y en el momento que lo hagas, seras capaz de realizar hazañas dignas de los antiguos padres, que en semejanza a ti, también deambularon por la obscuridad de la duda, el miedo y el enojo. Quién sabe -dice el taciturno-...
Me recuerdas al antiguo de los cielos, apacible e imparable, un digno representante de la rectitud y el orden, pero al mismo tiempo un amante de la poseía que encontraba la paz en el absoluto silencio de la soledad. Hijo de la humanidad, tu destino es ser el más grande de los nuevos antiguos.
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