Eres esa niña que vi en mis sueños, divagando en los mares de mi mente, te encontré sin conocerte.
No puedo asegurar la verdad de mis argumentos, ya que el amor nubla mi lógica y conocimiento. La ternura de tus ojos, me hace imaginar momentos que no han pasado y tal vez nunca sucedan, pero solo queda en mi mente tu silueta tan esbelta, elegante.
Con toques de Diosa, vuelves mi garganta un nudo que se siente brusco, pero nunca ha servido de nada salvo para originar los sonidos responsables de mi habla y así recitarte mis versos tan elocuentes tan diversos, regidos por los encantos del universo encontrado en tus ojos pardos y recios. - Alirio. R.
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